El año siguiente fue aquél del cambio, de la esperada revancha: el Udinese, finalmente, accedió en la serie B. Los blanqui-negros, fuertes también de la entrada del goleador Nerio Ulivieri, magistralmente dirigidos por Massimo Giacomini, salido desde la experiencia con el Treviso y al cual Sanson dio total confianza, dieron muestra de ser los más fuertes. Giacomini revolucionó el modo de jugar del Udinese que entonces fue típicamente holandés, con la táctica del fuera de juego que fue actuada de manera exagerada, con el pressing, con el fútbol total. El Udinese obtuvo también la Copa Italia semiprofesional ganando la final ante el Reggina.
Pero la obra maestra de Sanson, Dal Cin y Giacomini se completó en el torneo de Segunda División 1978-79, en el que el Udinese triunfó. A los blanqui-negros sólo hacía falta un substancial retoque para ser todavía más aguerridos: la entrada de Luigi Del Neri en la dirección técnica.
Esta fue la formación-tipo que suscitó nuevos entusiasmos entre el pueblo friulano: Della Corna, Bonora, Fanesi, Leonarduzzi, Fellet, Riva, De Bernandi, Del Neri, Bilardi, Vriz, Ulivieri. Entrenador: Giacomini.
Pero la obra maestra de Sanson, Dal Cin y Giacomini se completó en el torneo de Segunda División 1978-79, en el que el Udinese triunfó. A los blanqui-negros sólo hacía falta un substancial retoque para ser todavía más aguerridos: la entrada de Luigi Del Neri en la dirección técnica.
Esta fue la formación-tipo que suscitó nuevos entusiasmos entre el pueblo friulano: Della Corna, Bonora, Fanesi, Leonarduzzi, Fellet, Riva, De Bernandi, Del Neri, Bilardi, Vriz, Ulivieri. Entrenador: Giacomini.